viernes, 7 de octubre de 2016

Un recuento necesario


Durante los últimos 4 años la Junta de Vecinos Sopocachi Bajo - JVSB, ha buscado mecanismos de comunicación a los ciudadanos del barrio, que posibiliten difundir todos los acontecimientos, hechos, demandas, control e inversiones del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz - GAMLP, en su jurisdicción. Se inició un proceso a través de una cuenta en Facebook en Twitter y el blog: http://sopocachi.blogspot.com, que permitieron, con éxito, llegar a un número importante número de lectores.

El 90% de la información tenía un carácter cultural de agenda, llegando a cientos de visitantes.

Este emprendimiento fue propuesto, monitoreado, diseñado y escrito por Gustavo Cardoso, entonces Secretario de Cultura de la JVSB.

Se inició, también la publicación del boletín impreso en fotocopia con el denominativo de Sopocachi, cuyo formato fue en medio oficio, también a cargo de Cardoso, y con artículos escritos por Rebeca Cabrera, Presidenta de la JVSB, Freddy Santavilla, y otros vecinos. Su distribución fue gratuita y financiada por los miembros de la junta; siendo el antecedente de lo que posteriormente se convierte en el impreso Mito Urbano.

¿Por qué se decide emprender un nuevo camino?

La realidad de las Juntas de Vecinos, en general, está en que éstas carecen de recursos económicos y técnicos, que les permita funcionar; en el caso de Sopocachi Bajo, ni siquiera posee una sede donde funcionar, razón por la que sus miembros aportan no sólo su tiempo, sino la solventan en todo su accionar.

Particularmente en la presencia de la JVSB, en redes sociales, el diseño gráfico del blog, la inclusión de notas -su redacción-, y monitoreo, estuvieron a cargo de Cardoso, pero además, facilitó su equipo personal de computación, archivo fotográfico, y conexión a la red de manera gratuita, haciéndose imposible -en 3 años- soliviantar este estado de situación, por su obviedad.

Empero, una de las fortalezas de Sopocachi, se traduce en la enorme actividad económica e institucional instalada en su jurisdicción y cercanía a esta, misma que podría patrocinar la edición de un impreso y los gastos propios e inherentes al uso de las Tecnologías de Información y Comunicación.

Mito Urbano, entonces se flanqueó bajo esta lógica, hacer partícipes a los actores económicos locales y sociales en una interacción que permita autogestión, rescatando las experiencias previas de casi un lustro de actividad comunicacional.

Se pretendió inicialmente denominar al impreso "15 abriles", en alusión al Tango Illimani, de Néstor Portocarrero, pero no fue así dado que parecía más bien un espacio para adolescentes, o que las generaciones jóvenes no hacen una analogía con Sopocachi. Mito Urbano, en cambio muestra la cimentación, en el tiempo, de formas de vida, sincretismos y constructos socioculturales que hacen a la cotidianidad.

La JVSB comprendió la propuesta de Cardoso, en cuanto a nombre, y la asumió como pertinente.


De Mito Urbano al Periodismo Cultural y la descentralización

En mayo de 2016, se editó el primer número del impreso, aprovechando la X versión de la Larga noche de los Museos, cuya diagramación y portada estuvieron a cargo de Edwin Tomás Chávez; la invitación a éste diseñador gráfico tuvo la finalidad de incorporar mejores posibilidades visuales y técnicas a la necesidad de difundir el accionar de la JVSB y presentar un producto más elaborado, sin embargo, ante la imposibilidad de cubrir costos de producción, con un marcado déficit, como realmente aconteció y desavenencias de resultados, se produjo un paréntesis de 5 meses. Experiencia que se evaluó y permitió dar un necesario viraje.

Los contenidos del número 1, a cargo de Gustavo Cardoso, quien realizó íntegramente una entrevista al connotado artista plástico Gil Imaná Garrón, hizo correcciones de estilo, la Directiva de la JVSB incluyó artículos, participó la Primera Escuela Hotelera y Turismo de Bolivia con un importante artículo histórico y su auspicio, así como de la Universidad San Francisco de Asís - USFA, mostrándose que es posible hacer un periodismo serio, crítico y de contenido independiente.

Desde ya la primera experiencia ha sido muy rica, en cuanto la fortalezas, empero las debilidades deben ser -necesariamente- vencidas, que se tradujeron en la toma de decisiones: (i) es necesario contar con un equipo descentralizado a la JVSB, que brinde su profesionalidad a la producción de un medio de comunicación de alta calidad, y busque y/o proponga los mejores mecanismos de financiamiento, sin que afecte –desde luego- el carácter social y la necesidad de informar al ciudadano sobre su junta y sus quehaceres; (ii) crear un marco conceptual necesario, para dejar de ser únicamente en un órgano de difusión puro y simple, razón por la que se asume al Periodismo Cultural; (iii) rescate de todas las experiencias previas de más de 4 años, en la impresión convencional, así como en los medios electrónicos; (iv) cambios en el diseño y la diagramación, para generar, en el tiempo, una imagen corporativa; y, (v) consolidación de una empresa social, de total autonomía a corto y/o mediano plazo.

Nace así: Mito Urbano - Periodismo cultural.

En su Segundo número presentado el día jueves 6 de octubre de 2016, en el Auditorio de la Escuela Militar de Ingeniería, el Equipo de la nueva propuesta, compuesto por Roxana Sélum Yabeta, Directora, Daniel Rivera Catacora, Director Administrativo y Gustavo Cardoso, Jefe de Redacción; se vislumbró un equipo que propone ya una Estrategia real y óptima, consolidando así el anhelo de la JVSB, de tener un espacio informativo, y al lector de ofrecer una alternativa de comunicación independiente.

lunes, 13 de junio de 2016

A propósito del ají de fideo / Por: Guillermo Iraola Mendizábal

El origen del plato que llamamos AJÍ DE FIDEO se sitúa en los años posteriores a la guerra del Chaco. Es probable que la familia Figliozzi  (1916)  y otros comerciantes de la época, hubieran  introducido en las minas de Oruro y Potosí, diferentes variedades de fideo que fueron utilizadas en recetas  Italianas, esto sucede alrededor de 1925 cuando la panadería que ellos instalaron en La Paz diversificó su producción.

Ya para el año 1935, año de inicio de operaciones de la fábrica Ferrari Ghezzi, (en Oruro) la población demandaba las pastas Italianas por la facilidad de cocinarlas y poder combinarlas con otros productos. Rápidamente las “pulperías” de las empresas mineras de aquel entonces adquirieron la pasta seca de la fábrica y  abarataron el costo de la canasta familiar del minero, proporcionándoles un número de calorías suficientes para reponerse del trabajo exigente en el socavón.

Es muy probable que el fideo “macarrón”, ya haya sido utilizado en las preparaciones del “rancho” de los soldados en la guerra del Chaco y hasta es posible que algunos de esos sabores se hayan recogido y plasmado con mayor fuerza en las minas potosinas. Pero no tenemos conocimiento de que el nombre de “ají de fideo” haya aparecido en esta época.

De aquí en adelante, las esposas de los mineros, serían las encargadas de fusionar los sabores de este plato, calibrando los gustos al paladar andino, de sabores fuertes, aromas penetrantes y hasta un poco picantes.

Existen dos aspectos fundamentales que conforman el  “concepto” del AJÍ DE FIDEO.

1.- El uso del fideo - macarrón (de forma tubular y de boca ancha): Las “pulperías” de las empresas mineras compraban este producto a precios económicos, lo que permitía entregar a cada familia grandes bolsas de productos, para que la sensación de cantidad (“harto”) satisfaga al trabajador. El “macarrón” (MACCHERONI en Italiano), se constituyó en un formato esencial en las minas y de ahí su presencia en estas poblaciones, el campo y las “villas” de las ciudades de Bolivia, donde  la migración campo – ciudad tiene una amplia presencia.

Debido a este uso intensivo en amplios segmentos de la población, se consideró al “macarrón” como alimento de pobres y no tenía cabida su utilización ni siquiera en los recetarios de comida tradicional boliviana, por lo menos hasta el cierre del siglo XX. Esto también determinó que el AJI DE FIDEO, tampoco sea considerado como parte del recetario tradicional boliviano, en 1952, esta receta inicia su entrada en las ciudades y su democratización continúa en permanente expansión sobre todo en la región del altiplano boliviano.

Su aclimatación en la ciudad de La Paz, data de este período precisamente y como manifiesta el escritor Ramón Rocha Monroy “Todos lo ponen en su mesa, aunque solo algunos dan la cara por él”.  Es el plato obligatorio de los trabajadores de la construcción y de toda mesa paceña de la clase media. Su aceptación es tan amplia, que cada día crece su radio de difusión llevada de la mano del colla migrante  dentro de nuestro territorio como al exterior.

2.- Su sabor exquisito, proviene de la forma en que se hace el “ahogado”, aunque  “entre líneas” sigue la rutina de una preparación de la BOLOGNESA Italiana. Hay varias sustituciones y añadidos, como por ejemplo se introduce arveja y haba; eventualmente se usó el ajo y se sustituyó el perejil por la albahaca, pero lo más importante, es que la carne se corta en pedazos pequeños (a mano – Ají de fideo conceptual) y para el ahogado se utiliza un “fondo” de pollo y ají colorado, que le da  el color al plato.

La democratización del AJI DE FIDEO en las ciudades bolivianas (fundamentalmente La Paz) ha posibilitado la creación de otro plato de uso urbano, que es el PASTEL DE MACARRONES, que nace seguramente después de la revolución del 52, como una necesidad de reciclar las sobras del día anterior, colocando el ají de fideo en un “pirex” para meter al horno, preparación a la que añaden unos brochazos de clara de huevo y queso parmesano en su superficie para que todo se “gratine”.


Buen provecho.

Espacio - alimentado por la Primera Escuela de Hotelería y Turismo de Bolivia

Gil Imaná: “La pluma se inclina reverente ante el pincel”

 Gil Imaná Garrón, es, sin lugar a dudas, uno de los referentes de la pintura contemporánea que ha hecho del arte nacional, un baluarte, una tendencia y una presencia que ha trascendido en las salas de exposición más importantes del mundo. Él es Gran Premio Pedro Domingo Murillo (1985), Obra de vida (2004), Premio Nacional de Culturas – Bolivia (2004), Condecoración Cóndor de los Andes - Bolivia (2014); y –justamente-  Sopocachi ha sido testigo de la creación de gran parte de su obra, pues su taller se situó en la Av. 20 de Octubre, y que compartió con su compañera de vida, la artista Inés Córdova Suárez

Tal es el cariño de Imaná hacia nuestro barrio, que dejó impreso su estilo en un bello mural situado en la calle Boyacá y Gustavo Medinacelli, para el deleite de cada uno de nosotros. 

Es viernes, lo visitamos en compañía de Gladys Quiroga, su amiga desde la adolescencia, nos recibe con mucho cariño. Su hogar es en Calacoto. Gil Imaná, nació en Sucre, cuando la Guerra del Chaco, finalizaba, testigo -desde entonces- de hechos que marcaron a la humanidad, pero no sólo fue espectador, sino artífice…

“Sopocachi ha sido cuna de artistas…”, menciona, “(…) ahí vivió Juan Rimsa[1], ahí tiene su casa Cecilio Guzmán de Rojas, para citar los más importantes (…), pero permanentemente ha servido de taller, de fuente de inspiración y también de crisol donde se encontraron 100 que al final terminaron 10 o 15, ese crisol de calidad se lo ha visto en Sopocachi, por algo es la sede de la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles, que el año 1930, se fundó, justamente para fomentar las artes plásticas… por ahí ha pasado también, Solón Romero; Enrique Arnal ha sido profesor, han estado los Lara… y bueno sería difícil enumerar… pero eso sí quiero manifestar la alegría inmensa que tengo al saber esta noticia que me llena de profunda alegría”… (En referencia a Mito Urbano).

Mito Urbano (MU): Señor Imaná, ante todo le agradecemos por esta posibilidad de visitarlo en su hogar, por su afecto, hagamos un breve recuento de su vida, díganos: ¿cuáles fueron los aspectos fundamentales de su niñez… qué le marcó?

Gil Imaná (GI): En mi niñez hay aspectos fundamentales, que marcan mi vida.  El año 47 muere mi padre, maestro, a los 50 años de edad, nosotros quedamos chicos, un montón de chicos 5, 6; (…). Y, el 27 de marzo de 1948 se sacude la ciudad, con un fuerte terremoto, en la escala era 6,8 más o menos, pero se cayeron casas, algunos de los apóstoles, que están en el reloj de la torre de la Catedral [Sucre], se vinieron abajo, otros quedaron apoyados (…).

Un poco tomando a broma es el drama tremendo que hizo que no tengamos comedor, que no tengamos cocina, no tengamos baños; durante más de 6 meses; hemos tenido que ir a la cancha de Wayra Pata, obligados por las circunstancias.

Pasa el tiempo, 2 o 3 meses y escuchamos un ruido rarísimo [imita], pero permanente, y que ascendía cada vez con fuerza (…): “pack, pack, pack”, golpes en los vidrios… Era una plaga de langostas, de 10 cm., pero no eran 10, ni 100, ni 1.000… eran millones… cubrieron la ciudad, cubrieron los campos, no quedó una hoja verde, en toda el área, nos acompañaron durante 3 años, hasta que después tomaron otro rumbo…

Entonces, estos hechos que marcan, (…) en el orden personal…

Ese año que murió mi papá, yo le había dicho que no quería estudiar colegio, sino que yo quería estudiar pintura, él me dijo: “no hijito, primero bachiller y después estudias lo que quieres”… fue mi profesor Rimsa a hablar, y le manifestó: “tiene que Ud., autorizar, a que “Gilito”, venga con nosotros, yo voy a estar 3 años, sólo 3 años en Sucre, después, escuelas han de haber, colegios siempre, no se va perjudicar… más bien va aprender una profesión, que en algún momento puede servirle”… y me sirve para toda la vida….

Aceptó mi padre y ese año murió.

Entonces yo seguí con el curso Superior de Bellas Artes Rimsa, era el nombre que teníamos. Trabajando mañana tarde y noche, una docena de discípulos…

MU: ¿Cuántos años tenía Ud., cuando ingresó a la Escuela de Juan Rimsa?

GI: El caso mío, era especial, ellos tenían 20 años, 18, 17, yo tenía 10, y, sin embargo, cada uno de los compañeros me ayudaba, me indicaba, y eran como ayudantes del Maestro.  En realidad [ahora] yo soy el  único sobreviviente del grupo, de todo el grupo (…).

MU: ¿Cómo era Juan Rimsa?

GI: Maravilloso. De aspecto “jesucristiano”, una barbita media rubia, ojos claros, azules, de baja estatura, tenía una deformación en la columna vertebral, por eso andaba con una deformación particular. Pero hombre bueno y generoso (…). Pocas veces lo he visto de mal humor, más bien él nos incitaba a la alegría, nos decía: “están cansados, vamos a descansar”, luego... todos sentados en las gradas… leíamos libros (…). “Ahora vamos a estirar las cuerdas bucales”, expresaba, y aprendimos algunas canciones en ruso, que en ocasiones, cuando venía gente, matizaba la reunión con los coros.

MU: ¿Qué pasó después de terminar el curso con Rimsa?

GI: Éramos dos de un grupo de 6 ó 7 pintores que habíamos en Sucre, pintores incipientes, que comenzaban y teníamos el Salón de Primavera, el Salón del los amigos del arte… y como naturalmente madura la fruta, maduró nuestro pensamiento y salimos a diferentes ciudades. Con mi hermano [Jorge] fuimos a Potosí, Oruro, La Paz, volví… y después yo quise salir solo (…). 

MU: ¿Cuál fue su primera exposición individual?

GI: “(…) fue en el Salón de Honor de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca. Ahí fue mi primera muestra de acuarelas.

MU: ¿Y… cuál es la más relevante, según Ud.; fuera de Bolivia?

GI: Exposiciones lindas como la de Moscú; Aram Khatchaturian el músico [compositor ruso de origen armenio] la presentaba; se tocaron las notas del himno boliviano, y me hizo una presentación elogiosa.

Luego en la Unión Soviética, también en Leningrado, exposición en el famoso Museo El Hermitage, el museo más grande del mundo, (…) era el Palacio de invierno del Zar.

En ese otro lado, en México, el único boliviano, hasta ahora en tener una exposición individual en el Palacio de Bellas Artes de México, ahí en los muros, la obra de Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, es decir lo más grande de la pintura mexicana, y ahí en la Sala Internacional, con letras de un metro: “Gil Imaná – Bolivia”.  Mucha gente, muchos amigos. En esa época se podía formar un gabinete con los ex ministros que habían decidido radicar por exilio… allá en México.

Luego otra exposición, en Concepción, Chile, donde habló de la pintura boliviana y de mi obra el conocido poeta Pablo Neruda

La de Barcelona, también, una exposición en la Sala Gaudí[2], (…) en la que más vendí en mi vida, y Gladys es testigo, de 40 obras vendí 30, pero los porcentajes, los costos de comisión de la galería se llevaron más de la mitad del valor de las obras.

Yo creo que cada una de las exposiciones tiene su particular importancia y sus características, de manera que algunas con resultados más óptimos, otras no tanto, y otras sin ningún resultado económico.

MU: ¿Nómbreme a sus amigos, que trascendieron en las artes?

Pablo Neruda, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Jose María Arguedas, Benjamín Carrión, Oswaldo Guayasamín, Augusto Roa Bastos, Jesús Lara, Carolina María de Jesús, Alejo Carpentier, Adolfo Costa du Rels, con él hemos tenido una amistad, muy, muy especial, maravillosa.

Adolfo Costa du Rels, decía en pocas palabras: “la pluma se inclina reverente ante el pincel” (…). Tenía citas muy lindas.

Yo creo que he tenido la suerte de conocer grandes, de la Argentina Héctor Pablo Agosti, después del Uruguay a Martínez Moreno, a Mario Benedetti

MU: ¿Cómo era Augusto Roa Bastos?

GI: Muy afable, pequeñito nomás, de cuerpo ancho.  Vio una de mis obras, señaló con el dedo y me dijo “esta quiero, para la tapa de un libro mío”, encantado le di, y salió una obra: “El hijo del hombre”, edición húngara con la tapa de Gil Imaná, pintor boliviano.

MU: ¿Alejo Carpentier?

GI: Alejo era un catedrático por excelencia, hemos coincidido en Venezuela; después hemos estado con él en Chile. En Bulgaria hemos sido –ambos- invitados para el Primero de Mayo. En París he asistido a una conferencia… Él era de origen francés, y su lengua original era el francés; cuando comenzó su conferencia en una universidad en las afueras de París, disertó en un español perfecto, era embajador de Cuba en UNESCO, y (…) habló de Voltaire [textual], entonces unos estudiantes sinvergüenzas, “Voltaire” [en francés], le corrigió… se dio la vuelta tranquilo, volvió y le dijo: “como yo veo que todos hablan francés, voy a seguir mi conferencia, de hoy día en francés... muertos los otros, tuvieron que escapar.

MU: ¿Guayasamín?

GI: Muy irascible, escandaloso, de carácter más  bien fuerte, y decía las cosas que le parecían, por ejemplo, el rector de la Universidad de Concepción, era un comunista, y viajaba siempre a Moscú y se traía cuadros de pintores soviéticos… estábamos reunidos unos 20 intelectuales ahí, siguiendo las indicaciones del dueño de casa, y le pregunta: “ahora quiero una opinión sincera del maestro Guayasamín, de los pintores y de la colección que yo tengo, de Rusia”, “no debería preguntarme, pero ya que me ha preguntado, esto “c’est la merde”, es la peor muestra que he visto en mi vida, no podría ver nada peor, con razón la Unión Soviética, es el país más atrasado en arte en el mundo entero, porque tiene individuos como estos que pintan estas estampitas que no sirven para nada…, si yo sé que mi presencia le incomoda, Señor Rector, yo me voy… Gil vamos, me toma de la mano, y juntos salimos de la reunión y nos fuimos a tomar unos vinos ahí, en un boliche (…).

MU: ¿Pablo Neruda?

GI: Era poeta de 24 horas, sus palabras eran poesía, no hacía 5 minutos que nos conocíamos, levanta la mano y dice: “saludo emocionado al hombre que viene de las altas montañas ferruginosas, donde solamente viven los cóndores y una gente que parece como tallada por el tiempo”, eso por ejemplo lo improvisaba, pero es un poema… y todo el tiempo estaba ahí.

Me decía “bolivianito”, “boliviano”, pero después al final era “Gili”, era el nombre que me dio.  A él no se le podía cambiar, se le llamaba Pablo y era Pablo, para dirigirse a él (…).


MU: ¿Cuénteme de Inés[3]?

GI: Una mujer muy sensible, aficionada incluso a todo lo que hacía, todo lo que hacía, lo hacía con arte, cocinaba muy bien, creadora como no hay otra, ella comenzó egresada de la Escuela de Bellas Artes de acá. Como pintora, luego estudió cerámica en Montevideo, de ahí se fue a España, a estudiar en la Escuela Massana, entonces tenía pintura grabado, cerámica, luego orfebrería, joyas, pero como la creación muy de ella, muy nueva, juntaba cucharas de plata desechas, medio desechas, para aprovechar ella como punto central de su nueva joya, y cuando no podía hacer eso, comenzó con la creación de collage con textiles, y con metales, este collage con metales y textiles, le ha dado la satisfacción de ser la única ganadora de los 8 premios de las bienales IMVO, que se realizaron en Bolivia. Fue invitada a realizar un mural (…) en el Edificio Central de la Organización de Estados Americanos – OEA. Sencilla, amiga de Gladys…

MU: ¿Cómo la conoció?

En dos fases, cuando ella fue, a exponer a Sucre -ella sola-, recibí llamado del Rector Guillermo Francovich, me dijo “ha llegado una pintora de La Paz, quiero que vengan algunos pintores jóvenes a ayudarla a exponer en el Salón de honor”, entonces fuimos y ahí la conocí por primera vez, estuvimos un poco, y luego volvió ella.  Pero, después de muchos años, yo venía de haber sido profesor de la Universidad en Venezuela, y ella volvía de haber terminado el curso en la Escuela Massana, (…) ahí nos conocimos y comenzamos poco a poco, a ahondar ese conocimiento y ver las similitudes en preferencias, determinados gustos.

MU: ¿Cómo fué su amistad con Marina Núñez del Prado?

GI: Con Marina yo iba los sábados, ella abría su casa, me invitaba un api, o un coctelito, “coctelito Marina”, decía, porque era puro juguito de naranja con unas gotitas de singani, nuestra relación no era mayor que de sábado a sábado, vernos y comentar las exposiciones, comentar las novedades…

Un día estábamos en París, en la Opera de París, y en el intermedio, Inés me dice, mientras tú te fumas tu cigarrito, yo voy a dar una vuelta… vuelve pronto y me dice, “no te imaginas, quién está aquí”, Marina Núñez del Prado, “que maravilla”, vino Marina, nos presentó a su esposo, recién casados, habían ido a Bulgaria, y de allá se fueron a París, y nos fuimos a comer, salimos de la Opera, y, ella me dijo: “Inés, Gil, quiero decirles una cosa, yo voy a estar un mes en París, con mi esposo, quiero que Uds. sean mis invitados, todos los días, cuando hay dos comidas, dos comidas, cuando hay una sola, una sola, pero todos los días tenemos que estar juntos, vamos a comenzar a hacer una lista, ir a los museos, a ver…”.

Entonces, así poco a poco, escogido por ella iniciamos una amistad, (…)  luego [fui] Presidente de la Fundación Núñez del Prado durante 32 años. He colaborado a veces años completos, de la mañana a la noche… pero feliz de haber tenido amistades como la de Marina Núñez del Prado, Yolanda Bedregal, Oscar Cerruto, Enrique Arnal que acaba de morir, Graciela Rodo Boulanger la “Chela Rodo”, bueno sería difícil dar o enumerar una lista.

MU: Háblenos sobre su exposición individual número 100.

Gil Imaná: Ahora estoy en vísperas de llegar a mi exposición individual número 100, tengo una invitación para realizar esa exposición, pero tenemos que dar vueltas esta semana, para ver algunas características que tenemos que darle porque no es una exposición cualquiera, es la número 100 y rara vez un artista llega a tener 100 exposiciones individuales.

Mito Urbano: ¿A quién dedicará esa su exposición…?

Gil Imaná: No he pensado todavía, pocas veces han sido dedicadas, pero si tuviera que dedicar a alguien sería a Inés con amor, a mi esposa, muerta hace 5 años.

Yo creo que a la hora de llegar casi a cumplir ya las 100 exposiciones individuales haciendo un pequeño balance veo que mi vida ha sido variada, mi vida ha sido tormentosa, a veces apacible, siempre triste, pero era una tristeza que reconfortaba para seguir adelante. Si estoy contento de haber vivido, estoy ahora más contento, ahora que voy a devolver al pueblo lo que el pueblo me ha dado…

Pero si hay algo que me duele mucho, es yo era muy detallista al expresarme y al ver, analizaba bien las obras y todo, ahora la vista poco a poco se ha ido yendo, (…) pero sigo dibujando, y no dibujo con los ojos, para dibujar miro arriba y dibujo con la memoria, con la mente… claro que a veces un ojo me resulta más abajo o más arriba que el otro, porque no puedo establecer la comparación, pero igual me da satisfacción y voy a seguir trabajando.



[1] RIMSA, Juan (Svedasal, Lituania, 1903 – S. Mónica, EEUU, 1978).- Pintor. Estuvo en Bolivia 14 años (1936 y 1950), habiendo formado a importantes artistas nacionales. 
[2] “Gil Imaná, inauguró esta sala” (Gladys Quiroga).
[3] Inés Córdova Suárez (1927 – 2010), su esposa.

Premio Sopocachi 2016


Como un acierto, el año 2013, la JVSB, buscó instaurar el Premio Sopocachi, como una forma de enaltecer el trabajo de tantos intelectuales, artesanos, comerciantes, empresarios y un sinfín de personas que no sólo trabajan en el barrio, sino en La Paz.

Ese año más de 35 personas fueron distinguidas simbólicamente en distintas categorías, siendo un hecho inédito, que una representación social, logre en pos de buscar que ente todos podamos hacer un alto en nuestras actividades, y saber cómo se puede aportar más y mejor al desarrollo local y regional.

En esa lógica, el 2016 se reanudará la convocatoria a que entre todos propongamos quienes podrán ser distinguidos en las siguientes categorías:

Premios Sopocachi a La Paz:

1.       Premio Aporte al intelecto.
2.       Premio al cultor del arte.
3.       Premio Aporte al Medio ambiente.
4.       Niños y Juventud.
5.       Premio al Deporte.
6.       Premio al Diseño.
7.       Homenaje póstumo: Homenaje Póstumo: Honrar, honra.        

Premios Barrio Sopocachi:

1.       Personaje del año.
2.       Premio al emprendimiento en el barrio.
2.1.   Pubs y restaurantes.
2.2.   Emprendimiento personal.
2.3.   Excelencia en el servicio.

Las nominaciones se reciben en barriosopocachi@gmail.com

domingo, 12 de junio de 2016

Sopocachi, no olvidemos el arte y la cultura: Murales para nuestras calles


En enero del año 2014, a través de una carta de la JVSB y el artículo “el mural secuestrado”, escrito por Gustavo Cardoso, se propuso al GAMLP, el traslado del Mural: “El árbol de la vida”, del autor Marco Antonio Soria que se encontraba muy deteriorado en el Pasaje Marina Núñez del Prado, hacia la parte posterior del Cine Teatro Municipal 6 de agosto; felizmente, este reclamo y solicitud fue comprendido por la Secretaría de Culturas del Municipio paceño, habiéndose repuesto, restaurado e instalado a la calle Jáuregui de Sopocachi, en diciembre próximo.

No obstante, la propuesta no quedó aislada, este año 2016 del 15 al 21 de agosto, la Secretaría de Culturas del GAMLP, conjuntamente con el Colectivo Apacheta, la Fundación Solón Romero y la JVSB, organizarán un Encuentro Latinoamericano de Muralistas, siendo el sitio de encuentro y participación Sopocachi, previéndose la intervención y pintando de más de 20 murales, en una ruta en plena organización.

La participación de artistas de Chile, Argentina, Perú, Paraguay, México, Brasil, Bolivia, entre otros, dará lugar a una de los hitos más importantes en el arte urbano de La Paz y de gran envergadura, con la temática “Mujeres y Voces Libertarias”; desde luego que los entes responsables de la organización se hallan en la planificación a detalle, y se irá informando a través de Mito Urbano, todo este cúmulo de acontecimientos.

Esta iniciativa busca no solamente embellecer Sopocachi, sino contrarrestar al asedio del pintarrajeado que sufrimos en nuestros predios, solicitando al vecino pueda ser partícipe activo de todas las acciones, ya que parte del POA 2016 se destinará, justamente, a este sano propósito.

Se prevé la organización de distintas jornadas, como conversatorios, charlas, actividades musicales, etc., no obstante, Ud. amigo lector podrá apoyar invitando a su hogar a los artistas, proveyéndoles de refrigerios, o incluso alojándolos en sus hogares, entre todos continuemos y hagamos de Sopocachi la zona más, más bella y culturalmente activa de La Paz.